Día del patrimonio en Uruguay.
En la República Oriental del Uruguay, se celebra anualmente en el mes de octubre el Día del Patrimonio. Esta costumbre se adoptó siguiendo la experiencia de otros países, como iniciativa que ayuda a difundir los valores nacionales, organizada por la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación que depende del Ministerio de Educación y Cultura.
En esta instancia, todos los edificios gubernamentales, museos, instituciones educativas, iglesias, edificios y hasta casas particulares que tienen interés histórico o arquitectónico, están abiertas gratuitamente al público. Si bien, en sus comienzos, el énfasis estaba en el patrimonio arquitectónico, con el devenir del tiempo se comenzó a ampliar la noción de patrimonio para abarcar toda obra material e inmaterial que se valora en el imaginario colectivo, desde los monumentos históricos hasta los ritmos uruguayos de la murga como por ejemplo la marcha camión.
Fuente: Wikipedia
Entre los principales edificios históricos de nuestro país resaltamos la casa Presidencial de Suárez.
Casa Presidencial
En el año 1832 los terrenos en donde hoy está edificada la casa presidencial salieron del dominio público y los adquirió el Sr. Juan Sánchez. Los mismos pasaron por distintos dueños hasta que en 1907 se remataron doce solares, la fracción 3ª los compró Adelina Lerena de Fein en $ 8.875; es ella junto con su marido Carlos Fein que encargaron la construcción de la casa al arquitecto Juan María Aubriot (1876-1939), autor también de la Facultad de Derecho en la Av. 18 de Julio. La casa posee un estilo ecléctico con reminiscencias centro europeas.
La casa es rematada en el año 1920 y la compra Werner Quincke, quien hace instalar el ascensor y realiza algunas reformas a cargo del arquitecto Karl Trambauer.
Cinco años más tarde la casa la compra en $ 80.000 el Dr. Federico Susviela Guarch, distinguido médico y diplomático. Es en esta época en que se realizan grandes recepciones en la residencia que documentan las crónicas de la época.
En 1928 muere Susviela Guarch, y su viuda la argentina Corina Elejalde la habita un tiempo. Los herederos de Susviela Guarch fueron su viuda y los hijos y nietos de su primer matrimonio con Carmen Ramos. La casa fue hipotecada y debido a los impuestos impagos la casa pasó a posesión del Municipio de Montevideo.
Los presidentes de la república habían vivido en sus casas particulares hasta que en el año 1947 el entonces presidente Luis Batlle Berres decide instalar una residencia presidencial, su esposa Matilde Ibáñez que siempre le había gustado la casa se decide por ella, en ese tiempo la Intendencia la tenía alquilada al Servicio Hidrográfico de la Marina. Encargan al arquitecto Juan Antonio Scasso, el mismo que proyectara el estadio centenario, realizar las reformas necesarias.
A Batlle Berres lo sucede el presidente Andrés Martínez Trueba quien habita la casa entre 1951 y 1955, durante su mandato se realiza la reforma constitucional por la cual se sustituye la presidencia por el régimen colegiado. Debido al nuevo régimen que establecía un presidente del consejo de gobierno por un año, los mismos no habitan la casa.
En octubre de 1964 se realiza la visita oficial del presidente de la república francesa el Gral. Charles de Gaulle y se aloja durante su permanencia en Montevideo en la casa presidencial.
Una escalinata de mármol conduce al vestíbulo de honor alrededor del cual se encuentra el área de recepción, la gran escalera y el ascensor.
El piso de vestíbulo está pavimentado en mosaico veneciano con guardas geométricas en el borde, pensado por el Arq. Aubriot igual que las cuatro columnas de mármol
La escalera de madera de tipo imperial, que consta de un primer tramo recto, al que tras el descansillo, siguen dos tramos de vuelta en dirección contraria al primero.
El sol grabado en los cristales de las puertas fue realizada en la segunda presidencia de Sanguinetti y es obra del pintor Manuel Espínola Gómez.
La gran sala tiene un juego de muebles estilo regencia y dos butacas Luis XVI tapizadas de celeste; una gran cómoda papelera holandesa, una garniture de cheminée de blanc de chine del siglo XVIII. El piso es de marquetería, el taraceado se hizo con maderas exóticas como el palo santo, caoba y roble claro. La gran sala está unida a la llamada sala de música.
El techo del comedor tiene un importante artesonado de roble.
El escritorio del presidente tiene una boiserie de roble con una biblioteca incorporada, la mesa de escritorio estilo Luis XV es de caoba y bronce.